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Buena alimentación: Una dieta equilibrada es muy importante, lo que se traduce en eliminar el consumo de azúcares, grasas e incluso, alcohol. Es decir, no comas dulces, alimentos fritos, carnes rojas con exceso de grasas y otros alimentos hipercalóricos. Por el contrario, centra tu dieta en alimentos saludables, nutritivos y reducidos en calorías, como los cereales integrales, lácteos descremados, legumbres, frutas, verduras herbidas , pescado y pollo( a la plancha,claro).-

Ejercicios aeróbicos regulares: Para complementar la buena alimentación, es recomendable mantener una actividad aeróbica, durante un tiempo de al menos de entre 25 a 40 minutos, y con una frecuencia mínima de 3 veces por semana. Elige el que más, o los que más te gusten: puedes optar por trote, ciclismo, natación o clases de gimnasia aeróbica (steps) -Ejercicios localizados: También es muy importante tonificar y lograr mayor firmeza muscular en la zona abdominal, para ello procura realizar, lo más seguido posible. Y recuerda que “lo importante es la continuidad, y no tanto la cantidad”.

-Buena hidratación: Beber mucha agua. La hidratación es esencial, no sólo para mantenernos sanos sino también para eliminar las toxinas y deshechos del organismo. Por lo general, se recomienda la ingesta de 8 vasos diarios (2 litros). Bebe agua siempre que tengas hambre,así podrás aguantar más tiempo sin comer. También puedes beber té frío en verano y té caliente en invierno. No bebas refrescos con gas